¿Quién lo diría? Los jóvenes argentinos nacidos en los últimos 30 años, esa Generación Z que, con las excepciones de las medallas de oro de los Juegos Olímpicos de 2004 y 2008, nunca había celebrado una coronación de la Selección Argentina, esa que sufrió las finales perdidas, y que se había acostumbrado a vivir de las anécdotas de gloria de sus padres y de sus abuelos, hoy es el único segmento de su tipo que puede preciarse de haber festejado tres títulos consecutivos: la Copa América de 2021, y la Finalissima contra Italia en el estadio de Wembley y el Mundial de Qatar de 2022.
La Generación Z va por más. Y hasta que el silbato ponga fin a la ilusión, sueña con sumar un cuarto trofeo al hilo en el torneo que arranca este jueves 20 de junio a las 21. La mística, las cábalas y las promesas cumplidas avalan las expectativas juveniles. En Tucumán ya se respira el clima de esos días mundiales de 2022. "Creo que el sentimiento que tengo por la Selección es así de fuerte porque es algo que comparto con la gente desde chico. Uno se contagia de la alegría y de la euforia de los que tiene al lado y, con el tiempo, eso se empieza a asumir como algo propio", dice Laureano Farfan, un estudiante de Ingeniería Biomédica que tiene 22 años.
La Z (también llamada "Centennial") es la generación de "Elijo Creer". El reto de la Copa América pondrá a prueba esa fe. Ocurre que la Argentina defenderá el título continental por primera vez en 29 años. Nada parece imposible para estos jóvenes. Los éxitos deportivos de "La Scaloneta" convirtieron al equipo en un fenómeno social superlativo, que trasciende lo meramente futbolístico. Ver un partido de la Selección es prácticamente un ritual. Esta es una tradición de siempre, que se intensificó aún más durante la fase final del reinado de Lionel Messi. Alentados por la masividad de las redes sociales, los fanáticos añadieron formas digitales de compartir sus emociones y de celebrar cada victoria: desde las tradicionales cábalas previas a cada encuentro hasta promesas y tatuajes de todo tipo que hoy inmortalizan esos momentos de felicidad en muros y perfiles.
Un momento feliz, por fin
"Empatizo mucho con el equipo. Lo que estamos viviendo ahora es algo histórico, parece que se está repitiendo lo que nos contaron nuestros padres sobre el Mundial del 86 y Diego Maradona. Es algo muy especial", añade el tucumano Farfan. Su cábala es mirar los partidos en la casa de su mejor amigo.
Rocío Carbajal, de 23 años, va un poco más a fondo en la cuestión. "Vivir este momento con la Selección me da una felicidad enorme. Me hace sentir aún más orgullosa de ser argentina. No únicamente por lo que significa para nosotros el fútbol, sino también por todo lo que conlleva: nos tira un poco del día a día, de la crisis y del caos. La gente encuentra en el equipo un lugar donde distraerse y un momento feliz", asegura.
Una madre "mufa" y hechicería
La superstición y el pensamiento mágico también juegan un rol fundamental en la experiencia de cada partido. Hay tantas cábalas como practicantes: desde las más simples como mantener un mismo asiento en cada encuentro hasta más polémicas, como "congelar" jugadores rivales en el freezer. "Me acuerdo que en la previa de la final contra Francia empezó a circular en Twitter (hoy X) que los jugadores franceses hacían magia negra y que había que freezarlos para contrarrestar. Yo lo hice, pero no sé si fue eso lo que dio resultados. Era un momento de demencia colectiva", explica entre risas Rocío.
Más allá de la "magia negra" bastante mencionada en las redes sociales durante la época mundialista, también ocurrió un hecho que marcó un antes y después en las prácticas cabuleras de los argentinos: la derrota frente a Arabia Saudita en el debut. Claro, después de ese primer paso en falso, los fanáticos se preocuparon por no repetir lo realizado en ese partido o por mantener todo lo hecho en la primera victoria de la Argentina frente a México. "Al partido que perdimos lo había visto con mi mamá. Ella me dijo a modo de chiste que tal vez era la mufa y que en la segunda fecha iba a probar con no verlo. Se fue a dar una vuelta con los perros, ganamos y le dije que no vea más los partidos. Se perdió hasta la final", recuerda Nahuel Inga. ¿Se mantendrán las cábalas mundialistas? ¿O esta Copa América originará nuevos ritos?
Nada más cercano que la piel
En la previa de Qatar 2022, ganar el campeonato mundial se percibía como un sueño alcanzable, pero muy difícil de lograr. Tal vez por ese grado de dificultad, muchos fanáticos se animaron a realizar promesas en el caso de que Argentina obtuviera el título. Es el caso de Gastón Lieb y de Tomás Lieb, dos hermanos que juraron tatuarse si Messi alzaba la copa. "Me acuerdo que recién habíamos perdido con Arabia Saudita y estábamos bastante enojados. Empezamos a tirar promesas en caliente y acordamos con mi hermano tatuarnos algo de la Selección si ganábamos. Finalmente se dio: nos clavamos y cumplimos", recuerda Tomás con orgullo. Los Lieb se tatuaron una imagen del "10" argentino en la pantorrilla izquierda junto a las tres estrellas que simbolizan los campeonatos mundiales obtenidos por la albiceleste. Aunque no descartan nuevos tatuajes alusivos a "La Scaloneta", Gastón y Tomás no se animaron a realizar más promesas.
Otro de los "tattoos" que muchos de los fanáticos argentinos decidieron realizarse fue el famoso "cinco de copas". Se trata de una carta que se popularizó tras una anécdota que contó Alejandro "Papu" Gómez en un documental luego de obtener la Copa América 2021. El volante detalló que la delegación participó de un juego en el que cada jugador debía sacar una carta de una baraja española y tenía que intentar adivinar cuál era, con 10 intentos por persona. Si acertaban, quería decir que la Selección sería campeona.
Le llegó el turno a Messi, quien no podía adivinar la carta. En el décimo y último intento, el crack dijo: "cinco de copas" y acertó. Inmediatamente, la respuesta generó la locura de los presentes. "Claro, Leo había perdido cuatro finales, cuatro 'copas'. La carta quería decir que la quinta era la vencida", explicó "Papu". El tiempo le dio la razón, ya que el equipo terminó consagrándose en esa copa. Leonardo Álvarez, de 22 años, decidió inmortalizar en su piel esta carta emblemática. "Sentí que tenia que hacerme algo relacionado a la selección. Fue un momento demasiado emocionante, por lo que pensé que debía llevarlo conmigo para siempre", explicó.
Momento de disfrutar
Consultados por las expectativas de cara a la Copa América de Estados Unidos, donde Argentina deberá defender el título de campeón, los jóvenes tucumanos manifestaron que es momento de liberar de presiones al equipo y disfrutar. "Hoy ver a la selección es un placer visual", afirma Laureano Farfan. Claro, muchos sostienen que luego de ver a la Selección coronarse en la Copa del Mundo, no se puede exigir más. "Después de haber sido campeones mundiales a esta copa no la veo como una necesidad. Si la ganamos estaría tremendo, pero sino también estaría bien. La selección ya cumplió con esta generación, la vimos ganar todo", sostiene Bladimir Aguirre, en conversación con el resto de sus amigos, quienes coinciden con sus palabras.
A pesar de su fanatismo por el fútbol, Karen Nickler, de 22 años, admite que no siente demasiada emoción por esta edición de la copa. "Ya no es lo mismo que otros años, cuando Messi aún no había podido ganar nada con Argentina y había demasiadas expectativas para que eso se pueda dar. Hoy somos campeones del mundo. No hay nada más que eso", explica. Claro, luego de haber brindado tantas alegría, los fanáticos comprenden que es momento de que los referentes Ángel Di María, Nicolás Otamendi y el propio Lionel Messi también puedan disfrutar de sus últimos bailes con la camiseta de la selección. Y, por supuesto nosotros deleitarnos con su juego.
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